Alex B. Raco
Postgrados Universitarios de
Especialista Trastornos Ansiedad,
Hipnosis Ericksoniana
y Psicopatología Clínica
Autor del bestseller
'Nunca Es El Final'
Discípulo del Dr. Brian Weiss
Abrir la mente: Realidad objectiva y subjectiva
Estamos realmente seguros de que la realidad es lo que pensamos? La verdad acerca de nuestros 5 sentidos.
Siempre hemos pensado que la realidad que nos rodea coincide con lo que es percibido por nuestros 5 sentidos. Con el paso de los siglos y de los avances científicos hemos construido herramientas que detectan y miden la realidad y los fenómenos naturales.
Pero de verdad la realidad solo es lo que podemos medir, incluso con la ayuda de instrumentos científicos?
Por ejemplo , estamos seguros de que al lado de nosotros no hay burros voladores o que el aire sea realmente transparente?
No. Nosotros no lo somos y no lo podemos se. Debido a que sólo tenemos 5 sentidos.
Pensemos por un momento lo que la ciencia consideraba real en 1400: que la tierra era plana. ¿Quién nos asegura que en unos cientos de años no descubriremos universos paralelos? La física cuántica ya reconoce el hecho de sus posible existencia.
¿Sabías que lo que nuestros ojos ven es basado en un sistema de refracción de la luz , y que los colores y el tamaño de lo que podemos ver es muy limitado? El hecho de que no vemos una bacteria, sino a través de un microscopio, no quiere decir que la bacteria no sea real.
Pero sin llegar a la física cuántica, la religión o la metafísica, la prueba de que la realidad sea algo muy diferente de lo que pensamos la encontramos a nuestro alrededor, basta mirar el reino animal.
Las abejas tienen un sentido llamado magnetismo: saben donde se encuentran gracias a un sensor magnético en el abdomen. Una especie de GPS integrado.
Algunas serpientes pueden ver infrarroja, es decir, tienen una sensación que le permite percibir los cambios en el calor.
Los murciélagos tienen otro sentido llamado ecolocalización, usan ultrasonido para detectar la posicion.
¿Qué pasa con la vista de una medusa con 24 ojos?
Un águila puede ver un ratón desde una altura de 5.000 metros (la mitad que la de un vuelo de linea). Un cerdo puede reconocer 15000 sabores diferentes.
Para ello, es necesario que nuestra mente se mantenga abierta a varias realidades . El hecho de no poder demostrar científicamente algo no niega su existencia.
Nuestros límites los creamos nosotros mismos.
Pero de verdad la realidad solo es lo que podemos medir, incluso con la ayuda de instrumentos científicos?
Por ejemplo , estamos seguros de que al lado de nosotros no hay burros voladores o que el aire sea realmente transparente?
No. Nosotros no lo somos y no lo podemos se. Debido a que sólo tenemos 5 sentidos.
Pensemos por un momento lo que la ciencia consideraba real en 1400: que la tierra era plana. ¿Quién nos asegura que en unos cientos de años no descubriremos universos paralelos? La física cuántica ya reconoce el hecho de sus posible existencia.
¿Sabías que lo que nuestros ojos ven es basado en un sistema de refracción de la luz , y que los colores y el tamaño de lo que podemos ver es muy limitado? El hecho de que no vemos una bacteria, sino a través de un microscopio, no quiere decir que la bacteria no sea real.
Pero sin llegar a la física cuántica, la religión o la metafísica, la prueba de que la realidad sea algo muy diferente de lo que pensamos la encontramos a nuestro alrededor, basta mirar el reino animal.
Las abejas tienen un sentido llamado magnetismo: saben donde se encuentran gracias a un sensor magnético en el abdomen. Una especie de GPS integrado.
Algunas serpientes pueden ver infrarroja, es decir, tienen una sensación que le permite percibir los cambios en el calor.
Los murciélagos tienen otro sentido llamado ecolocalización, usan ultrasonido para detectar la posicion.
¿Qué pasa con la vista de una medusa con 24 ojos?
Un águila puede ver un ratón desde una altura de 5.000 metros (la mitad que la de un vuelo de linea). Un cerdo puede reconocer 15000 sabores diferentes.
Para ello, es necesario que nuestra mente se mantenga abierta a varias realidades . El hecho de no poder demostrar científicamente algo no niega su existencia.
Nuestros límites los creamos nosotros mismos.
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